Indicadores de éxito en el aula

Esta entrada recopila de manera global todos los indicadores que hemos ido añadiendo en el foro de nuestro curso, y que nos sirven para que nuestros alumnos TDAH tengan éxito tanto en el ámbito de la educación como, en algunos casos, en su vida personal y social.

Detección precoz 

El punto de partida sería la detección precoz del TDAH; esto facilitaría mucho las cosas, ya que permite que tanto los padres como los profesores sepamos a qué nos enfrentamos e intentemos buscar estrategias para el éxito del alumno. Asimismo, ayuda a que el propio chico comprenda y acepte su situación, y no se considere el "bicho raro" de la clase.

Colaboración

Es muy importante que haya una colaboración entre la escuela y la familia; de este modo los profesores podemos conocer mejor a nuestros alumnos y los padres sabrán ayudarnos con las propuestas de actuación que llevemos a cabo en el aula. También es muy necesario apoyarnos en el departamento de orientación, ya que ellos nos dan las claves sobre cómo debemos proceder con estos alumnos.

La programación

Una vez que hayamos obtenido la información necesaria sobre las características del alumno en cuestión, podremos trabajar desde dentro del aula garantizándonos al menos una posibilidad de éxito. Principlamente debemos tener en cuenta que cada alumno tiene un modo y ritmo de aprendizaje diferente, y por ello tendremos que elaborar una programación flexible y que abarque las necesidades de los chicos. En el caso de alumno TDAH, debemos tener en cuenta que tiene unas necesidades concretas, por lo que la programación necesita unas medidas metodológicas adaptadas a las características de éste.

Las pautas

Un alumno TDAH necesita seguir unas pautas claras que faciliten su aprendizaje. Establecerlas desde el primer momento es una buena medida que todos podemos llevar a cabo en el aula, y que facilitará el trabajo de los estudiantes con este tipo de dificultades.

Las rutinas

Están muy relacionadas con el apartado anterior. Es importante itroducir al alumno en una rutina de trabajo que favorezca la planificación del tiempo de trabajo y la concentración del chico. Establecer un orden, como, por ejemplo, empezar todos los días corrigiendo los deberes, llevar a cabo una explicación sencilla de lo que aprenderemos ese día, realizar actividades prácticas relacionadas a dicha explicación y finalizar anotando los deberes del próximo día, harán que la tarea resulte un poco más fácil. Pero también hay que tener en cuenta que no siempre podemos mantener este orden, por lo que es aconsejable que ayudemos a los alumnos a desarrollar estrategias que les permitan afrontar posibles cambios sin que exista desorientación o frustración ante nuevos retos.

La motivación

Este es un factor importantísimo en todos los aspectos de la vida, por lo que no iba a ser menos importante en temas de educación. Está de sobra demostrado que cualquier persona aprende si el aprendizaje en cuestión le interesa de verdad; por lo que en nuestra clase debemos trabajar y esforzarnos por conocer al alumno con TDAH. A pesar de que sabemos que es muy difícil tratar de manera individual con los alumnos en una clase masificada, simplemente el hecho de escuchar algún comentario que haga, o una expresión deteminada ante una actividad propuesta nos da pistas sobre hacia dónde encaminarnos. Si conocemos un poco sus gustos, su entorno o alguna de sus aficiones podemos plantear una clase motivadora y que acapare así su atención. De esta manera aprenderá sin darse cuenta, minimizando algunas de las dificultades que estos estudiantes encuentran con frecuencia.

Las actividades

Son nuestro talismán. A la hora  de elegir actividades para nuestro grupo, es importante que tengamos en cuenta las necesidades de todos los que lo conforman. Hay una frase conocida que dice "Para enseñar Latín a Juan, es más importante saberse a Juan que saber Latín". Pues para que los alumnos aprendan, las actividades deben estar adaptadas a las características de los que aprenden. En el caso del alumno TDAH, hay que proponer actividades que les llamen la atención, y que, como he señalado antes, sean motivadoras. Asimismo, debemos ser flexibles en este tema, y dar más tiempo para que este alumno finalice la tarea, o fragmentar (o reducir) las tareas que exigimos al grupo. También podemos aprovechar las virtudes de estos estudiantes: ya que se mantiene la idea de que son muy creativos, ¿por qué no plantear actividades que les ayuden a desarrollar este potencial? En mi materia, que son los idiomas, por ejemplo se pueden hacer multitud de trabajos diferentes que conlleven cierto grado de creatividad, como inventar diálogos y hacer representaciones; hacer trabajos manuales o murales, dibujar cómics...

A través de todas ellas debemos intentar que el alumno sea protagonista de su propio aprendizaje; que sea un aprendizaje activo y relacionado con el mundo que le rodea, para que pueda tener sentido para él y lo pueda aplicar a la vida cotidiana.

La correcta evaluación

Un alumno con TDAH necesita una evaluación adaptada; una evaluación formativa que dé más importancia a lo que el alumno realmente ha aprendido que a lo que nosotros esperábamos que aprendiese. La evaluación flexible y continua que nos permita ver lo que ha avanzado desde el punto de partida, con su propio ritmo, y la autoevaluación del profesor y del propio alumno pueden ayudarnos a considerar como exitoso el progreso de éste. por eso debemos adaptar la evaluación de los alumnos TDAH; porque realmente la meta la fijan ellos con sus características propias.

Estrategias y refuerzo positivo

Como profesores, debemos conocer y llevar a cabo una serie de estrategias que puedan beneficiar al estudiante con TDAH: setntarle delante para poder mantener contacto ocular con él, y acompañarlo de compañeros que le puedan sevir de ayuda o ejemplo; repetir las informaciones varias veces para que no se pierda en las explicaciones; cambiar el tono de voz de vez en cuando para llamar su atención o reforzar positivamente las buenas conductas, en vez de criticar las malas pueden reportarnos una serie de beneficios a tener en cuenta.

Para finalizar esta recopilación, creo que es interesante hacer mención a la necesidad de que el profesorado se forme de manera continua para poder elaborar programas adaptados a la realidad y conocer las pautas de intervención que nos puedan ayudar a ofrecer una educación de calidad y un aprendizaje significativo a nuestros alumnos más necesitados. Teniendo los conocimientos necesarios nos será más fácil trabajar con estos indicadores que, en mi opinión son viables y que podemos aplicar al aula para tener en nuestras manos la clave del éxito.